
El propósito de este artículo consiste en procurar realizar una lectura de conjunto del corpus de la escritora argentina Ángela Pradelli (Bs. As., 1959) así como de su trabajo en torno de la conflictividad social de la Argentina. Resulta complejo formular en tan acotado espacio hipótesis más o menos concluyentes en torno de obra tan frondosa y que se ha proyectado hacha varios núcleos sémicos y varios frentes. Pero sin respetar la cronología de aparición de los libros, sí procuraré pintar con algunas pinceladas lo que considero, desde mi mirada crítica, ha puesto en cuestión Ángela Pradelli desde distintas prácticas (no solo de escritura), en el marco de diversos foros, así como de sus repercusiones en el orden de lo real. Estoy interesado en indagar en un proyecto poético que se potencia hacia otro proyecto en torno de distintas prácticas sociales, poniéndolos también, entre otras cosas, en contigüidad.
Su novela El lugar del padre (2004), fue ganadora del “Premio Clarín de novela”. El dibujo de su trama no es precisamente lo que más llama la atención en ella. Sino más bien un clima que no pone el acento en una prosa vertiginosa, sino en una morosidad, en el ritmo, en las temperaturas, en la cadencia y en las atmósferas, en una cierta concepción del universo poético según la cual la prosa se rige por una economía de medios. Hay serenidad en ella. Hay armonía (circunstancia que se percibe de inmediato durante la temporalidad de la lectura). Ella mencionó en una entrevista el nombre del ruso Antón Chéjov como un autor clave entre su sistema de lecturas. No me extrañaría esa misma detención en las tramas del lenguaje, ese desdibujamiento del argumento, caracterizado por una prosa sin énfasis que, muy por el contrario, aspira a ser narrada en un “tono menor”, esto es, según un pudor modesto. Una poética sin movimientos bruscos en la temporalidad tampoco, que se vuelve identificable por su índole porosa.
En el presente artículo, como dije, me propongo buscar afinidades, resonancias, consonancias, encuentros, hallazgos, confluencias y, también, por qué no decirlo, disonancias. Asimismo, una progresión que lentamente se desliza desde zonas vinculadas con la escritura propiamente dicha, a la educación pública hasta los DDHH y cierta etapa, por cierto ignominiosa, de la Historia política argentina claramente fechada. Pero también a ficciones o relatos sobre la inmigración, concretamente italiana, que constituyen una zona importante de su identidad en distintas dimensiones.
Mi análisis procurará entonces un abordaje analítico que persiga más la condensación que la expansión. Se trata de presentar su poética bajo la forma de un friso para quienes no conocen su trayectoria como productora cultural.
Turdera (2003), una novela que propone a mi juicio un impacto potente en lo que se refiere a la noción de lo que suele ser la dimensión de las poéticas de los distintos autores y autoras. Se presenta bajo la forma de compases persistentes: economía de recursos, prosa llana, una vez más de orden transparente. Contrapuntísticamente la transparencia de la prosa que acabo de señalar se pone en correlación con la opacidad de vínculos rotos. La trama se concentra en una localidad del Gran Bs. As., precisamente Turdera, con instituciones públicas en crisis producto de un Estado que se desentiende de ellas. Se deja entrever el contexto del neoliberalismo como factor de la sociocultura. Y la novela indaga en las tramas del dolor social y de la violencia surbana.
Con Amigas mías (2002), una novela “de comienzos”, “Premio Emecé de Novela”, irrumpe una historia conmovedora de un grupo de compañeras de secundaria de una fidelidad que se había mantenido invariable además de vigente a lo largo de toda la vida. Salidas, secretos revelados, complicidades, en fin, el universo femenino en todas sus aristas desde el ejercicio de la lealtad. Cada una, naturalmente, traía a la novela sus propias cavilaciones y devaneos. Y hay aquí una construcción de la feminidad concreta, de solidaridad entre pares. Este punto se atará, como veremos a un Proyecto ligado a los DDHH con el que Pradelli se verá fuertemente comprometida más recientemente desde el orden de lo reivindicativo.
Como nuevo leitmotiv en su producción podríamos citar como un hito iniciático Libro de lectura (2006), un libro de crónicas aparecidas en un diario y luego recopiladas en volumen, también premiado, cuyo tema es la educación pública en crisis y necesidad de ser reinventada, pero en particular poner el acento en ella para el desarrollo de una nación. Ya comenzaban a insinuarse allí los dos libros que le proseguirían en torno de las prácticas del lenguaje y de la educación pública. Pradelli coordinó un Plan de Lectura de la Provincia de Bs. As., desempeñando un cargo de una enorme responsabilidad de gestión en esa área. Cabe aclarar, como punto de partida, que Pradelli es Prof. en Letras por la UBA y ha ejercido esa tarea de modo ininterrumpido.
Escribió también otra novela más extensa, Combi (2008), sobre un grupo de personas que viajan cotidianamente con rumbo a sus respectivos trabajos y que la conflictividad nuevamente del orden de lo real ponía a esos personajes frente a circunstancias complejas, con reacciones muy dispares por parte de cada uno de los pasajeros según ideologías y temperamentos.
Hasta llegar a dos libros de naturaleza culminante. La búsqueda del lenguaje. Experiencias de transmisión (2012), libro en el que Pradelli articula pedagogía, didáctica de la lengua y literatura, teoría literaria y relatos de experiencias áulicas. Un sistema institucional con el que la escritura (en su dimensión más salvaje) entra en colisión. Por lo pronto, Pradelli resuelve el conflicto de puertas adentro del aula. Y también con encuentros en privado con casos puntuales de alumnos, en diálogos en forma personal de naturaleza conmovedora.
Como parte de este díptico llega luego El sentido de la lectura (2013) en el que la autora argentina solicita a mujeres y varones de la cultura (escritores, escritoras, actores, actrices, directores y directoras de teatro, músicos) que refieran una escena de lectura significativa de su vida y a partir de allí se suceden una serie de reflexiones en torno de lo que ha significado para ellos y para otros el arte de leer en sus respectivas biografías. Este libro alterna voces muy dispares pero que confluyen en el orden testimonial (una zona de la experiencia privada de los sujetos a la que Pradelli estará siempre atenta).
Más cercana en el tiempo, la novela El sol detrás del limonero (2016), en la cual se rompe toda convención y toda forma relativas a la prosa y a la lírica dando por resultado un libro de una radicalidad notable. En ella podríamos afirmar que los límites se tornan difusos en lo relativo a los géneros. También, se trata la novela familiar y el mito del origen en tanto que escritora, además de su identidad de nieta de inmigrantes. Por último, el camino de regreso al realizado por su abuelo: de Buenos Aires a Pelli, Italia, el lugar de residencia de su abuelo. En ese país se encontrará con parientes que le mostrarán cartas y las leerán. También leerá en su dormitorio un libro de Primo Levi en italiano que encuentra en otra escena de lectura, esta vez suya, que define un ademán ya no poético sino político, en la línea que veníamos observando.
Hay dos libros más importantes, de orden relevante en su poética, retomando el hilo de los DDHH. Uno sobre testimonios de hijos apropiados de la dictadura restituidos luego de haber sido identificados, En mi nombre (2014). Y, para cerrar, su novela, La violenta respiración del mundo (2018), que transcurre precisamente durante la etapa de la última dictadura militar argentina y en la que denodadamente una abuela busca a su nieta apropiada.
La Biblia según veinticinco escritores argentinos (2009), una antología sobre episodios del Antiguo Testamento, narrados o poetizados por autores y autoras argentinos de talla sobresaliente, preparado en colaboración con la también narradora y traductora argentina Esther Cross plantea reflexiones a mi juicio en torno de otra propuesta, de carácter originalísimo. Y también una convocatoria a colegas de excelencia a conformar un colectivo en torno de una literatura nacional, el friso del de una comunidad cultural por dentro de la cual se configura un trabajo con grupal en el cual pertenecer a Argentina y referirse a un tema universal resulta significativo en el orden de lo identitario.
Pradelli escribe poesía. Tuve acceso a parte de ella y denota una voz que es la revelación más clara, contundente y descarnada de que ese trabajo poético es transpuesto luego a su prosa, produciendo inflexiones y reverberaciones indudablemente en consonancia con el discurso lírico. Un rasgo distintivo de Pradelli que me gustaría precisamente destacar porque constituye una de las claves para discernir su poética. La prosa se trabaja a partir de una labor artesanal en la que el lenguaje deviene lengua literaria merced a operaciones complejas que ponen en contigüidad ambos géneros. De allí que su narrativa pueda adoptar inflexiones que la asimilan a la poesía en matices y hasta disolver los géneros, como lo había adelantado. Probablemente de esta manera se explica parte de los atributos de su poética por fuera de toda clasificación nítida.
Finalmente, cerraría con la iniciativa de Pradelli de su Libro Colectivo y Plataforma cultural que en el marco de Facebook se ocupa de hacer circular información, por un lado. Por el otro, por desentrañar temas vinculados al género, en particular en su combate contra el machismo. Se titula “¿Por qué llora esa mujer? Libro Colectivo y Plataforma Cultural”. De ese trabajo ya ha surgido un libro de naturaleza virtual que ha sido publicado virtualmente con testimonios de víctimas de la violencia de género así como de denuncia del machismo.
Este es el paisaje primordial de la poética y los temas (y lemas) que, como punto de partida, propongo según mi lectura aborda Ángela Pradelli. Colándose mediante prácticas subrepticias por entre discursos unívocos y lineales subyacen a ellos grietas del sentido por las que circulan voces, escrituras, discursos, que no pueden ser acallados porque existen plumas o iniciativas culturales como las suyas que a su vez de modo impetuoso, solidario pero también sutil se involucra con las faltas a la ética y a los DDHH. Alumbrando un sendero que se abre mediante la lengua literaria con vistas a la búsqueda obstinada de ideales de justicia y equidad. Por el otro, recupera una concepción del semejante según la cual Pradelli considera una escritora debe velar. La escritora, el escritor, deben estar alerta. La palabra indómita se filtra. Y por entre esos pliegues, la realización de los sujetos (mujer y varón) y la motivación para escribir por fin acontece, tiene lugar la magia el estallido del relámpago y del fuego.

Adrián Ferrero
Nació en La Plata en 1970. Licenciado y doctor en Letras por la Universidad Nacional de La Plata. Narrador, poeta e investigación, ha editado una compilación de narrativa argentina y un libro de entrevistas a escritoras argentinas contemporáneas, que obtuvo una Mención de la Secretaría de Cultura de la Nación. Becario de la Universidad Nacional de La Plata, ha publicado trabajos académicos en Francia, Alemania, EE.UU., España, Israel, Brasil y Chile. Cuentos suyos han sido publicados en revistas académicas de EE.UU. en español o en traducción al inglés. Ha sido distinguido con numerosos premios, entre ellos en el Concurso Ana Emilia Lahitte de la SADE Filial La Plata, en el género ensayo.