Tres minutos de música de sahumerios es una novela de Jorge Sagrera, a mi modo de ver muy original, porque aborda su temática desde la filosofía zen. Me animo a decir que aparecen numerosos elementos autobiográficos que reflejan las búsquedas existenciales del autor.
La riqueza de esa filosofía se vuelca en pocas páginas, por eso el libro también resulta original por su pequeño tamaño. En su tapa, sobre una pintura zen color sepia, se integra armoniosamente el título, proponiendo al lector desde el inicio de su lectura, ingresar a un universo oriental.
La historia transcurre por los años 90 en San Pedro, narrada por el personaje protagonista, Señor Canal, quien se define a sí mismo como un escritor fantasma. Hombre sin vinculaciones personales, se verá gratamente sorprendido por la transformación de su pequeño mundo en una constelación, gracias a sus nuevas vecinas asiáticas: Song, una candorosa e inteligente niña de padre estadounidense, y su mamá asiática, Li.
Atraído por la delicada esencia que emana de Song y Li como un perfume de sahumerio, Canal se vinculará a ellas en una amistad que lo convertirá en un comprensivo interlocutor. Recibirá confidencias de hija y madre sobre el padre y esposo, internado en Estados Unidos porque es veterano de guerra de Vietnam.
Para Song niña, la revelación primordial sobre su padre ausente, quedará en suspenso hasta la siguiente novela de Sagrera: Oro, incienso, mirra, donde le será develada veinte años después.
Para Li, mujer sufriente, una composición musical bella de tres minutos, la eleva a la eternidad, donde es aliviada y definitivamente curada del dolor. Esa idea explica el título de la novela.
El lector sagaz descubrirá entre líneas la frescura y pureza de esa cosmovisión, contrastando con la fealdad del mundo occidental con su corrupción y afán belicoso, que son mencionados por el narrador con delicadeza como para que duelan menos.
Encontraremos toques de humor, de ternura y de erudición, escritos en una prosa que por momentos deviene en lírica por sus ricas imágenes.
En la edición de la novela nada está de más y todo trasunta belleza. El lector degustará una sabiduría milenaria, acompañada por pinturas hasta la última página. Es una lámpara para dejarse iluminar.
María Celina Caire
Nació en Buenos Aires en 1954. Realizó sus estudios en Letras, para dedicarse a la enseñanza secundaria en establecimientos públicos y privados. Consagrada en una comunidad de la Iglesia Católica, se entregó por entero al servicio de la persona y la cultura. Dotada para el canto y la guitarra, dio forma literaria a la biografía de su madre, en “Memorias de la abuela Quica” (Arenz y Antich, 2016), y a la presente obra de Raúl Jones Huala, logrando que ambos libros sean una melodía agradable para quienes los aborden.