
La vida sociopolítica de Argentina y de España se asemeja. Buena parte de la obra literaria española nos llega como un tsunami que arrasa los cimientos, nos hace tambalear y nos interpela.
No es casual que escritores argentinos como Borges, Victoria Ocampo, Gerchunoff y Storni entre otros tantos, reaccionaran inmediatamente ante el golpe franquista oponiéndose desde la convicción de defender las instituciones. No es casual que nuestra Sociedad Argentina de Escritores tuviera en su seno a muchos de ellos; porque nunca fue casual que la historia española y la nuestra repitieran tragedias.
Y para dejarle a la posteridad estos signos, la literatura primero y el cine después, se han hecho eco de estas cuestiones.
En nuestra historia trágica de la década de los setenta tenemos prueba de ello, tal vez aún nos falta recorrer mucho camino para dejar por escrito y en imágenes aquella época en el que la libertad tenía sabor a muerte, pero la distancia en el tiempo se encargará de esto.
En este artículo nos proponemos entrar en el mundo literario y en el cinematográfico español sin dejar de pensar que aquello, años después, se repetiría en nuestro país.
Los cuentos del escritor español Manuel Rivas, “La lengua de las mariposas”, “Un saxo en la niebla” y “Carmiña”, pertenecen a ¿Qué me quieres, amor?
El primero de los cuentos está narrado en primera persona, un niño de 6 años, Pardal, cuando ya es un adulto. Esta visión, desde un presente alejado en el tiempo de la acción, garantiza cierta objetividad por parte del narrador.
Casi desde el comienzo del cuento se habla de las características de la lengua de las mariposas. Éstas utilizan su lengua cuando se sienten atraídas por una flor. Sorben el almíbar porque quieren, porque les gusta y porque les sirve; pero lo más importante es que lo hacen libremente, “con la misma libertad que utilizan para volar”, como dice el cuento.
El tema fundamental de los tres cuentos es la libertad. Ésta sobrevuela sobre los personajes y sin duda está interconectada con otra cuestión que subyace en los textos: La Guerra Civil Española.
Al niño, protagonista del primero de los cuentos, lo llaman Pardal, palabra del gallego que significa gorrión. No trabaja como algunos de sus compañeritos de la escuela, lo que indica una clase social más acomodada que la del resto de los chicos.
Se alaba la figura del maestro que es diferente a docentes de épocas anteriores, esto, que parece una simple anécdota, tiene un trasfondo político importante: el maestro de este Estado no es autoritario, no golpea a los alumnos; es respetuoso, los educa con amor. Se aprecia un manejo de las ciencias por parte del maestro que denota un interesante cambio en la concepción de la educación.
Pardal, representa a una nueva generación española que está siendo educada de modo diferente, sobre todo, en libertad.
También aparece el tema de la religión como tópico relevante. Al principio es algo de lo que se habla sin mucha convicción, pero a medida que se desarrolla la acción y el poder franquista se hace más fuerte, aparece el concepto de ateo como sinónimo de republicano, y por lo tanto, como forma de identificar a los que están en contra de Franco.
Ante lo inevitable, la madre le dice al niño que mienta sobre su padre para que no lo acusen de republicano, y al final, tanto los padres como Pardal, insultarán al maestro para que no sospechen de ellos.
El siguiente cuento se llama “Un saxo en la niebla” cuyo narrador es un adolescente de quince años, peón de albañil, hijo de un carpintero. Proviene de una familia con problemas económicos. El sueño del muchacho era viajar a Buenos Aires o a Montevideo para ganar dinero con la música, él es saxofonista. Consigue entrar en una orquesta casi por casualidad y con ésta se va de gira. Conoce a una chica de su edad, esposa del hombre que lo aloja en el pueblo donde van a actuar. En este cuento, si bien no trata directamente el tema de la guerra, puede leerse la situación económica paupérrima en la que vive un fragmento de la sociedad.
El último de los cuentos, “Carmiña”, es la historia simple de una muchacha que tiene como único compañero a su perro y que vivía con una tía que nunca salía. Esta chica mantiene relaciones sexuales con un joven del pueblo, el narrador de la historia, siempre están juntos en presencia del animal, hasta que él se cansa y mata al perro. A partir de ese momento, a Carmiña deja de interesarle el joven.
Estos tres cuentos de Rivas son la fuente que origina la película de José Luis Cuerda, “La lengua de las mariposas”. Tres historia separadas, con personajes sin conexión entre sí, pero con un contexto común: La Guerra Civil Española.
La película, cuyo guión es de Rafael Azcona, es muy respetuosa de los textos Rivas. Algo interesante es la manera en que resuelve la fusión de las tres historias en el film. Los cuentos no tienen personajes en común, pero en la película se transforman en una sola familia con hijos del matrimonio y fuera de él.
Palimpsestos. La literatura en segundo grado de Gérad Genette alude a categorías tales como hipertextualidad. Él la define como la relación que une a un texto B, llamado por el estudioso, hipertexto, a un texto anterior A o hipotexto. Entonces puede asegurarse que la película de Cuerda es el hipertexto de los tres cuentos de Rivas, y por tanto, estos tres son el hipotexto del film. Esta relación se llama intertextualidad, es decir, un texto, en este caso una película, “(…) es una relación de copresencia entre dos o más textos”.
¿Cómo resuelve Cuerda la fusión de los cuentos en la película? De manera simple pero creativa: todas las historias se conocen a través de Moncho (Pardal). Su mirada une a las historias.
En Moncho, personaje central de “La lengua de las mariposas”, se unifica al adolescente de “Un saxo en la niebla”, quien aparece como su hermano, se fusionan, también en Moncho, el muchacho y la chica de “Carmiña”, al primero lo conoce en el bar del padre de su amigo y lo sigue cuando va a tener relaciones con Carmiña, quien a su vez es la hermanastra de Moncho, fruto de una relación de su padre con una mujer del pueblo antes de que se casara con la madre del niño.
En Moncho, personaje central de “La lengua de las mariposas”, se unifica al adolescente de “Un saxo en la niebla”, quien aparece como su hermano, se fusionan, también en Moncho, el muchacho y la chica de “Carmiña”, al primero lo conoce en el bar del padre de su amigo y lo sigue cuando va a tener relaciones con Carmiña, quien a su vez es la hermanastra de Moncho, fruto de una relación de su padre con una mujer del pueblo antes de que se casara con la madre del niño.
Tanto los cuentos de Manuel Rivas como la película de José Luís Cuerda están impregnados del contexto histórico de La Guerra Civil Española.
La política está en medio de los personajes, la política y el miedo a pensar, la guerra y la falta de libertad, ser esclavos ideológicos para no morir; son temas que habría que retomar y analizar exhaustivamente para poder cerrar algunas cuestiones que pudieran haber quedado inconclusas.
La libertad de la mariposa para elegir en cuál flor se detendrá y desenrollará la lengua para llevar el néctar es justamente lo que le quedará pendiente a Moncho; nunca podrá ver ese proceso porque el famoso microscopio no llegará a tiempo o más aún, porque en ese contexto, la libertad sólo podría verse con un microscopio.
La mariposa fue oruga primero. Moncho se transformará en una mariposa libre muchos años después; pero en 1936, era una simple oruga.
Imagen de portada: escena de la película La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda

María Valdez
Profesora en lengua y Literatura con especialización en Lingüística Cognitiva. Escritora, ensayista y editora. Directora fundadora de La Brújula del Sur, espacio de producción cultural desde donde coordina talleres, seminarios, charlas, produce y conduce programas culturales de radio. Tiene siete libros publicados de cuentos, ensayos y novelas y diez como editora. Es socia de SADE Nacional y miembro de la actual Comisión Directiva de SADE filial La Plata.