La presencia de Irlanda en los textos de tres diferentes escritoras argentinas: Florencia Bonelli, Graciela Cabal y María Elena Walsh.
I
Florencia Bonelli nació en Rosario en 1971. Ella es una muy buena, prolífica y exitosa autora de novelas histórico- romántico-eróticas.
Desarrolla excelentes escenarios del trasfondo histórico de las tramas: temas políticos, recetas de cocina, costumbres, vestimentas, etc.
Sus descripciones de amaneceres y puestas de sol están llenas de poesía. Su análisis de las opiniones políticas y los caracteres de la época que trata en sus obras son muy exactos.
Sus protagonistas luchan para encontrar y defender a sus amores a pesar de todos los obstáculos que deben enfrentar y, como Danielle Steel, ella siempre encuentra un final feliz para todas las «peripeteias» que ellos enfrentan a través de la historia.
La mayoría vive en el campo, durante el Siglo XIX, sufriendo varios peligros, tales como los malones (ataques indios), y mostrando la consolidación de una nueva red social con la llegada de los inmigrantes europeos, que vienen a la Argentina desde diferentes países. Y en sus novelas aparecen los «Gauchos Gringos», tal como era mi propio antepasado, Santiago Gaynor, contemporáneo de Rosas.
En Me llaman Artemio Furia, el protagonista ha llegado recién de Irlanda. Y en los dos libros que forman parte de El Cuarto Arcano, el personaje central se llama Melody Maguire.
Florencia Bonelli tuvo la deferencia de contestar dos de mis correos electrónicos, y me contó que tuvo un abuelo irlandés. Como muchos otros argentinos que compartimos este origen, creo que ella está muy orgullosa de su sangre irlandesa.
II
Graciela Cabal es una excelente escritora de cuentos para niños y adolescentes.
Tuve el privilegio de encontrarla en una Feria del Libro Infantil y Juvenil, en la que charlamos un rato. Le pregunté acerca de una de sus historias que más me habían impresionado, El Gualicho (La Brujería), y me contó que ella, como F.B., tenía también un antepasado irlandés.
El Gualicho es la historia de un joven gaucho argentino-irlandés que se va a casar con una buena chica argentino-irlandesa, tal como usualmente sucedía después de la gran Inmigración del Siglo XIX. (Durante, por lo menos, la primera generación, los inmigrantes no se mezclaban más que con gente como ellos).
El protagonista pasaba, en su camino, muy cerca del Rancho de dos hermosas mujeres, madre e hija, que tenían fama de brujas.
Pero este joven no creía en la brujería, y cuando le ofrecieron entrar y tomar algo, aceptó la invitación.
Ellas eran sumamente hermosas, con ojos negros, y cabellos largos y negros, del típico prototipo argentino-español. Y así, se conjuró el hechizo, y el pobre hombre quedó atrapado en la telaraña de las dos brujas.
Pienso que quizás podemos tomar esta historia como un símbolo de que el amor no puede estar determinado por el color de la piel, por la raza o los antepasados. ¿Es acaso el amor un hechizo, un Gualicho, tan fuerte que es capaz de torcer la Rueda del Destino?
Estoy pensando en esto ahora, sin poderle preguntar su opinión a la autora, que ya ha muerto, pero recordando la historia de mi propio abuelo, que estaba comprometido con una buena mujer argentino-irlandesa, pero que se enamoró de mi hermosa y jovencísima abuela, una descendiente de italianos, que cambió totalmente sus proyectos y lo trajo a San Fernando.
Ojos de un celeste muy claro bajo el hechizo de otros castaño oscuros.
«El corazón tiene razones que la razón no comprende».
III
Y última, pero no la menos importante, aquí viene María Elena Walsh, la Reina de la Literatura Infantil.
En mi humilde opinión, ella debería haber sido nominada para el Premio Nobel, que, si mal no recuerdo, nunca fue otorgado a ningún autor para los más pequeños.
Se expresó en todos los géneros: escribió canciones, cuentos cortos, obras de teatro y novelas para niños pequeños, y también excelentes libros de canciones-poemas para adultos, tales como el «Cancionero contra el Mal de Ojo», «Los Ejecutivos», etc. Ella misma ejecutaba sus canciones en los teatros.
Mis padres fueron una vez a uno de sus espectáculos y trajeron sus discos a casa. Tuve la oportunidad de escucharlos y aprender sobre su poesía, hecha de palabras simples, pero con profundos significados y excelentes metáforas.
Fue tan popular como Borges, con la diferencia de que todo el mundo entonaba sus canciones, mientras que unos pocos leían los textos de Borges.
Pero su creatividad reside, para mí, en lo que introdujo, en la poesía argentina, inspirada por las Nursery Rhymes (canciones de cuna), que debe haber aprendido y amado cuando era una niña, debido a sus raíces inglesas e irlandesas.
Sin lugar a dudas se vio encantada por el sentido del absurdo en estas rimas y, por primera vez en un país latinoamericano, ella adaptó los Limericks al verso español (castellano).
Los Limericks son una clase de poemas disparatados creados por el preceptor irlandés de unos niños ricos, con el fin de entretenerlos.
Tienen una estructura muy rígida. Están compuestos por cinco versos. El primero, segundo y quinto tienen once sílabas, mientras que el tercero y el cuarto tienen siete sílabas. La rima es consonante o perfecta, siguiendo este esquema: AA bb A.
Así como Borges había hecho con los Haiku en Argentina, M.E. Walsh introdujo los Limericks en la poesía para la gente menuda. Los niños tienen un agudo sentido del humor y pueden disfrutar completamente del absurdo de estas rimas originales.
Y aquí viene el fin de mi ensayo.
Quise rendir homenaje a estas diferentes mujeres de Argentina, tres escritoras, las tres muy respetadas y destacadas en sus trabajos, y que tuvieron el profundo orgullo de pertenecer, aunque sea en una pequeña parte, a la tierra de los Santos, las hadas, los héroes…
Al Reino de la Imaginación.
Slanté!
Traducción del Inglés: Green Hearts. Este ensayo fue seleccionado para ser presentado en el Simposio de Estudios Irlandeses en Cork, Irlanda, 2015.
Notas:
1) Limerick. Ciudad del Condado de Limerick, Irlanda.
2) La invención del primer uso de esta forma poética es atribuida a Edward Lear, tutor de la familia del Barón de Derby en Knowsly, alrededor de 1834.
3) Graciela Cabal: «Cuentos de miedo, de amor y de risa», Editorial Aique, Buenos Aires, 1998.
4) «Poesía», de Elsa Isabel Bornemann, Editorial Latina, España, 1976.
5) Graciela Beatriz Cabal. (1939-2004) Autora de más de sesenta volúmenes. Presidenta de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina. (ALIJA) Recibió premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Casa de las Américas.
6) María Elena Walsh (1930-2011) Poetisa, escritora, cantautora, dramaturga y compositora. Fue considerada «mito viviente». Publicó más de cincuenta libros y más de veinte discos. Fue declarada Ciudadana Ilustre de Buenos Aires, Dra. Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba. Gran Premio de Honor de SADAIC, Premios Konex, etc.
Liliana Susana Doyle
Maestra Normal Nacional y Profesora en Letras, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Profesora de Inglés (AACI). Ejerció como docente en los niveles primario, secundario y terciario. Participó en más de 70 antologías. Presentó trabajos en congresos internacionales. Recibió premios locales, nacionales e internacionales. Es miembro de Poetas del Mundo Unidos por la Paz y vicepresidenta de SADE Delta Bonaerense. Publicó once libros de poesía, cuento y literatura infantil. Premiada en el Senado de la Nación por su labor poética.