Un poema de Camilo Pulmari Bencivenga

Reencuentro
Mientras regresamos a casa mudos y pensativos me duele.
Me duele la garganta de conversar y gritar de emoción.
Me duele la cintura de jugar con los niños en el agua.
Me duele el pecho de abrazar fuerte.
Me duele no saber cuándo se va a repetir el encuentro.
Me duele la cara de sonreír para las trescientas noventa y tres fotos.
Me duele el cuello de dormir despierto, en guardia, si me duermo se apaga el momento.
Me duele la cabeza de tantos recuerdos que en ráfagas vuelven a cada instante.
De sostener la emoción me duele el esqueleto, sería un escándalo caerme por no poder tolerar lo que siento.
Me duele el tiempo, que pasa y pasa y a veces no me doy cuenta.
Me duele saber que el próximo reencuentro está en manos del azar, y no en las mías.
Me detengo, veo y plasmo en mi memoria todo ese dolor que también cura, y que tiene un nombre, familia.
Camilo Pulmari Bencivenga