
¿Cómo diferenciar si escribe un hombre o una mujer?
Fue en los últimos tres siglos, cuando la mujer adquirió un mayor protagonismo, cuando se comenzó a hacer esta pregunta, ya que al lograr un espacio mayor que en la Edad Media sería como encontrar una respuesta a si Dios existe y también buscar las múltiples propuestas de demostración de su existencia
¿Es posible diferenciar una literatura escrita entre hombres y mujeres?
¿Se escribe con el cuerpo o con la mente?
¿Hay una determinación anatómica y orgánica vinculada al género del que escribe? o se trata solamente de poner un rotulo al escribir por una actitud ante la vida que lo determina el sexo, quizás por la forma en que la sociedad que nos construye como hombres y mujeres nos pone roles específicos diferentes en la forma de sentir y de vivir.
No hay duda de que en las dos cosas hay respuestas negativas o positivas, y actitudes relativistas o agnósticas.
Los que afirman que sí hay una literatura de hombres y una literatura de mujeres, también pueden afirmar que hay una literatura producida a posicionamientos de clase, lengua, raza, cultura o preferencia sexual, la diferencia genital constituye una dimensión fundamental de nuestra experiencia y de nuestra vida y no existe ninguna actividad que no esté marcada o afectada por esta diferencia.
La diferencia racial es otra cosa, hubo autores blancos que escribían poesía “negra”, y nadie lograría identificarlos como tal, pero hay poetas negros y mulatos que escriben poesía y nadie podría descifrar si está escrita por alguien de distinta raza, aunque a mí personalmente, la raza de color casi siempre me transmite un dolor entre sus líneas. Aquí la esencia étnica es esencial y al mismo tiempo particularizado, así lo siento en la diferencia sexual de algunas escritoras que conscientes o no llevan una marca de ellas en la escritura.
Por lo general para decir que no hay una incompatibilidad de género se dice restándole importancia, que sólo la obra se diferencia si es buena o mala.
Generalmente son las mujeres las que dan esta respuesta en parte porque sólo a ellas se les hace esta pregunta y es quizás porque durante mucho tiempo fueron los hombres los que han evaluado sus obras. Por lo general se cree que no hay mujer ni femineidad en las escritoras porque durante siglos fue construido por los cánones tradicionales formulados por los hombres ya lo dijo José Martí refiriéndose a Gertrudis Gómez de Avellaneda, “Hay un hombre altivo a veces fiero en la poesía de Avellaneda”, quizás fue el cuerpo de esta mujer alta y robusta el que le inspiró este comentario pero es imposible no darse cuenta de la belleza y femineidad de la obra de Gertrudis escribiéndole al amor “No existe lazo ya; todo está roto/plugo le al Cielo así; ¡bendito sea!/Amargo cáliz con placer agoto;/mi alma reposa al fin; nada desea…(A él) Quizás para Martí, Avellaneda escribía con el cuerpo y no con la mente.
También el trágico Agatón en las Tesmoforias es vestido de mujer por Aristófanes porque las heroínas de la obra son mujeres y tiene que ponerse a tono, tiene que escribir con un cuerpo…vestido de mujer.
También Virginia Wolf se ocupa del sexo de los escritores y dice “es fatal ser hombre o mujer, sin más; se debe ser mujer varonilmente u hombre-femeninamente, me gusta más la androginia que el bisexualismo”.
Si hablamos de la literatura femenina argentina debemos detenernos en nuestra historia, rica en pluralismos étnicos y culturales, en políticas de extremas, en cambios constantes en la sociedad, donde convergen todas las tendencias. Sin embargo, de todas esas vicisitudes han nacido grandes talentos femeninos, creadoras de literaturas tan disímiles que sería difícil muchas veces distinguir el género del que escribe. Lo que sí debemos tener en cuenta que la figura de la mujer ya no es la misma que antes, ni en la novela ni en la poesía, pero la alegría o el dolor de los protagonistas sigue siendo el mismo, sólo han cambiado los decorados.
Aunque todo esto trasladado al siglo XXI es sólo una quimera y si la literatura tiene género o no deja de ser importante, sólo que por más que el escritor quiera ponerse en la piel de una mujer y la mujer en la piel del hombre, la mujer siempre pondrá sus sutilezas, sentires y armonía.
Como escribió Rosario Castellanos alguna vez “Entre tantos ecos comienzo a reconocer el de mi propia voz…bastará preguntarse entonces si la voz pertenece a un hombre o a una mujer ¿importa acaso? o solamente importa lo que se entrega en una interacción activa lector-escritor.

Nora Medan
Nació en Buenos Aires en 1946. Escritora Argentina. Psicóloga Social. Editora. Amplia experiencia en Talleres literarios en San Fernando, ciudad donde vive. Recibió varios premios nacionales en concursos por sus obras, y reconocimientos entre sus pares, entre los más importantes: Medalla al Mérito del Círculo de Escritores de San Fernando. Orden del Juglar, de la filial Delta Bonaerense de la SADE. Vecina destacada del año, por Clarín Zonal.