Del dolor se nace al milagro
No por casualidad la editorial Zorro Colorado Producciones en el día de los educadores ha dado a luz en estos tiempos de conexiones tecnológicas a un tesoro literario, mero producto santacruceño, en su versión multimodal, en primera instancia. Será de los días sucesivos, la posibilidad de tenerlo en nuestras manos, para caricia del aire, que será lectura en voz alta o en el silencio íntimo de la autoescucha. No es casualidad, digo, porque todo llega para también hacerse respiro de luz y belleza.
Su autora, Verónica Lamberti, frente a un hecho conmocionaste y, como no podía ser de otro modo, en su dimensión de escritora sensible a la realidad, ha reaccionado al hecho con su arma de paz: la palabra. Creó una historia que habla de la trascendencia y nos la ofrece como se ofrece un vaso de agua, cuando uno ha llorado un tiempo, pero se bebe de ella y algo se aquieta, como un pájaro que se posa.
En su texto las palabras dicen de la presencia, ubican a su protagonista en un pueblo que pueden ser todos los pueblos, nombran sin nombrar y nombran nombrando y a la vuelta de la vida llega un día, hecha la más inesperada elipsis que se vuelve una enumeración de interrogantes y sobre todo, trascendencia. Y el viento – desparramado y patagónico- junto a otras imágenes se convierten en la más poética correspondencia con lo que queda ante las pérdidas: lo reparable, el recuerdo que es un puro legado.
Este libro se vuelve sanación desde el amor, el aporte y el compromiso. Y lo celebro, porque desde esos lugares también se siembra, se riega y se apuesta a una sociedad mejor, a la que aspiramos y en la que muchos creemos.
En él obra un iceberg, por arriba el hielo blanco: habiendo transformado la mutez del impacto que le dio origen, hermanó en el abrazo y ahora navega hacia otras aguas. Se ofrece nada más ni menos que en un aporte humano y sensible de varios talentos de personas de la provincia que se suman como brotes nuevos y hacen al árbol más fuerte.
Papelitos de colores que nos lega desde el amor de su autora, cubre el dolor y significa un aporte no solo a la niñez, también a los lectores más adultos que bien sabemos que desde el barro en ocasiones, si se sabe mirar con ojos de esperanza y manos comprometidas, pueden nacer flores que serán frutos de pura luz.
Deseo algún día leerles esta belleza poética en formato de libro infantil santacruceño a mis futuros hijos. La biblioteca también es futuro. Y ahí seguramente nos formamos y crecemos muy para adentro.
Bienvenido, Papelitos de colores.
Natacha Peñaloza
Profesora de Lengua, Literatura y Comunicación Social. Es docente, tallerista y escritora. Co-creó y coordina actualmente un espacio autogestivo e independiente "Ciclos Culturales. Somos Ciclos." Uno de los ejes de la agrupación es la promoción de la lectura en voz alta, en espacios de encuentro ciudadano al aire libre, denominado “El Calafate lee", que se viene realizando en dicha ciudad santacruceña, desde el año 2017 a la actualidad.