Presentación del Dr. Rafael Felipe Oteriño, distinguido con el Premio ILCH 2023 por Bertha Bilbao Richter, el 29 de mayo de 2024
Estimados socios y adherentes del Instituto Literario y Cultural Hispánico, amigos escritores y estudiosos de la literatura.
En mi carácter de vicepresidente de este Instituto, sede Argentina, tengo el placer de comunicarles que el Premio ILCH correspondiente al año 2023 es otorgado al Dr. Rafael Felipe Oteriño por su trayectoria en el campo de la Poesía.
El acto que hoy nos convoca, recuerda el constante y sostenido trabajo de la fundadora de esta institución, la Dra. Juana Alcira Arancibia que, durante más de tres décadas, distinguió con el Premio ILCH a los más valiosos y reconocidos escritores y ensayistas de las letras hispanoamericanas y dio a conocer, a través de la revista libro Alba de América, páginas rubricadas por muchos de nosotros que conformábamos, a su juicio, una nueva alborada literaria. Razón suficiente para renovar el compromiso de la continuidad de su obra.
Me cabe el honor de presentar a un ya reconocido internacionalmente escritor argentino, al Dr. Rafael Felipe Oteriño que, a partir de hoy, enriquece el memorial del Instituto Literario y Cultural Hispánico.
Rafael Felipe Oteriño es el creador de un mundo poético construido con palabras desde el interior del mundo ordinario que transitamos y de nuestro espacio tiempo, para establecer con sus lectores, una conversación infinita, título, también, de su ensayo publicado en el año 2016, en el que sostiene que la poesía es una comunicación única para cada uno de sus lectores en quienes despliega lo impensado, el eco de las eternas preguntas sobre el misterio de la vida, el enigma de la muerte, las razones y las sinrazones de los hechos que nos acontecen, en suma, las experiencias resignificadas por la memoria, la reflexión y la emoción. Según sus propias advertencias, no pretende ofrecer consoladoras certezas ni hallazgo de verdades sino la exploración de su mundo entrañable, como una práctica totalizadora de su pensar y sentir y como un acto solidario y fraterno, creador de vínculos perdurables. Quizás esto me explica por qué nuestros alumnos del Seminario de Poetología que ofrece la SADE, abruman a Rafael con sus comentarios. Pero tenemos ya eficaces argumentos de la amplia y fecunda receptividad de la obra de nuestro homenajeado, en el ensayo publicado este año por Osvaldo Rossi: Su título: Leer a Rafael Felipe Oteriño para volver a sentirse humanos. Rossi nos alerta del peligro de robotización humana en estos tiempos en que la Inteligencia Artificial intenta asemejarse o superar a la humanidad. En este contexto, cito a Osvaldo Rossi: “Leer la poesía de Rafael Felipe Oteriño es vincularse con lo que nos ha caracterizado y distinguido como especie. Es conectarse con emociones, con recuerdos, con asociaciones y reflexionar a partir de esa conexión”. Debo agregar acerca de este ensayo, la relación que muestra Rossi entre los ensayos y la poesía del autor estudiado, y hago propios sus conceptos: “Oteriño ha desarrollado una obra poética que es un ejemplo de coherencia y, al mismo tiempo, una muestra del vínculo recíproco entre ambos géneros literarios: en sus poemas anida el germen de sus reflexiones; en estas últimas, la semilla que en algún momento germinará en un nuevo poema… (…) Todo pensamiento fecundo aspira a su materialización, y el de nuestro poeta se pone en acto en la escritura. Como ocurre en muy pocos casos, en el suyo, la poesía y el ensayo forman una rara unidad, un todo que no conviene separar en partes, a riesgo de perderse el asombro que genera su cohesión”.
Debo ahora, hacer una síntesis biobibliográfica de Rafael Felipe Oteriño nacido en La Plata y residente en Mar del Plata. Siendo apenas veinteañero comenzó a coleccionar premios y distinciones; menciono los principales: Primer Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Primer Premio de Poesía de la Secretaría de Cultura de la Nación, Konex de Poesía, Premio Nacional Esteban Echeverría, Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía, “Rosa de Cobre” de la Biblioteca Nacional, Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores y últimamente el Premio Dámaso Alonso de la Academia de las Buenas Letras de Madrid.
Se desempeñó como Magistrado del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires y como profesor universitario. Actualmente, es vicepresidente de la Academia Argentina de Letras y Miembro Correspondiente de la Real Academia Española.
Es autor de trece libros de poemas y de dos volúmenes de ensayos: Una conversación infinita y Continuidad de la Poesía. Tenemos conocimiento del título de un tercer ensayo: Pensar la poesía. El corriente año se publicó Antología personal, reunión de poemas desde el año 1966 al 2023 con un Prólogo en que describe la instancia del presente de la escritura poética: soledad, libertad interior y las palabras que desbordan su denotación por sus enlaces cotextuales y que van construyendo un mundo desconocido y enigmático que nos enfrenta con lo otro, el secreto que se hace revelación, esa epifanía que nos sale al encuentro.
Nos habla también de la génesis del poema, de la búsqueda del lenguaje propio, de la palabra interiorizada para fijar o hacer presente lo perecedero de toda existencia; quizás para que pensemos que todos los momentos vividos con plenitud, nos permiten la insondable experiencia de un presente pleno, capaz de trascender la temporalidad.
De su ensayo Continuidad de la Poesía rescato la función de este género en la historia de la cultura, su valoración en las distintas épocas en que emerge con transformaciones rítmicas, semánticas, tonales, pero hoy más que nunca, como exploración que debe rastrear en la tradición para intentar nuevas búsquedas que los cambios sociales nos muestran y exigen.
Y para finalizar esta presentación, un concepto de Rafael que retomo como un mandato: “La poesía es el proyecto humano más distintivo de intensificación de la sensibilidad y agudeza de la inteligencia. Sin poesía el mundo sería más plano, se habría borrado el resplandor de la sensibilidad”. Bueno sería que la política pensara en este proyecto para tener una mejor ciudadanía.
Gracias, Rafael, por tu obra que evita la mudez de los poetas en estos tiempos en que los tecnolenguajes y las palabras efímeras y banales opacan las “presencias reales” a las que se refirió Steiner. Gracias por lo que aún tienes para ofrecernos. El Premio ILCH 2023 que tengo el honor y la alegría de entregarte, testimonia nuestra valoración a tu persona y a tu obra y es, además, un acto de justicia ¡Muchas felicidades!