¿Para quién escribimos?

Voy a empezar este artículo con una parte de una película que me marcó muchísimo, en particular en lo que voy a referir puntualmente, algo que utilizo en los Talleres Literarios que doy y sobre todo para mí.
Se trata de El cartero*, en el cual Neruda recibe a la tía de Beatriz Russo y esta le dice (permítaseme transcribir los diálogos):
Tía: Su cartero le está haciendo la metáfora a mi sobrina (Neruda asiente con cara de asombro y desconocimiento de que esto estuviera pasando).
Tía: Y usted sabe cómo es esto… se empieza con la metáfora y se termina tocándole el culo… y además está usando sus poesías para enamorarla.
Neruda: Muy cierto… es así, se empieza con la metáfora y… y además usa mis poesías…
(en una escena posterior a la llegada de Mario, el cartero, a verlo a Neruda y este decide enfrentarlo).
Neruda: Estuvo acá la tía de Beatriz, esa mujer que te gusta y me dijo que estabas usando mis poesías para enamorarla.
Mario: Lo que pasa es que la poesía no es del que la escribe… sino del que la necesita.
Hasta acá lo que quería traer de esta hermosa película. Ahora ¿Qué tiene que ver ello con el título del artículo?
Uno puede escribir para uno, o para uno y su familia y quedar como parte del anecdotario familiar. Dado el carácter de esta revista y de donde surge, la SADE, me quiero ocupar no de esto sino de cuando se escribe para darse a conocer. Este darse a conocer puede ser para un círculo íntimo, pequeño, de gente que está en lo mismo que uno, la escritura, o bien para un público más amplio. Y este darse a conocer a un público más amplio también sigue el mismo patrón: darse a conocer a un público más amplio, dentro de la gente que está en el mundo de las letras o de lectores que, aunque no escriban, les interesa ciertos escritores digamos de culto, no escritores masivos, populares. Y están los escritores que apuntan a un público más general. Este tipo de escritores, a mi entender, la más de las veces es vilipendiado por el otro grupo y viceversa. En algún punto y, salvando las distancias, podríamos decir que el espíritu de la diferencia entre los grupos de escritores de Florida y Boedo de la década del 20 en el siglo homónimo… aún perdura… al margen de ello la pregunta que me surge es ¿Quién es alguien para decir que esto o aquello es mejor? Y vinculo esto al tema de los concursos, de los limpios digo, en donde alguien decide que esto es bueno y aquello no y por ahí en otro es al revés, pero bueno, arbitrariedades del sistema ¿no? Volviendo a la pregunta del principio, me parece que el tema es escribir, para uno, para la familia, para la posterioridad… pero escribir, aunque si tenemos claro para quien o quienes escribimos por ahí la narrativa nos sale diferente, ¿por qué? Porque es una escritura con dedicatoria y siempre es importante tener en cuenta, como la cita que hice del cartero… que por más que estemos encantados con lo que escribamos, una vez que lo soltamos, que lo largamos… ya no nos pertenece… porque es verdad… se empieza con la metáfora y…
Hasta volver a vernos…
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* El cartero (Il postino), película ítalo-francesa de 1994, con dirección de Michael Radford y actuación de Philippe Noiret como Neruda, Massimo Troisi como Mario Ruoppolo, el cartero, Maria Grazia Cucinota como Beatriz Russo, en los papeles principales.