
Seguramente en estos tiempos de Instagram y Facebook, todavía no tomamos dimensión del poder de las imágenes, solo damos un like y no nos detenemos a mirar las historias que las imágenes, detrás de una composición, un retoque de color o algún filtro, se dejan asomar casi inadvertidas como en la teoría del iceberg de Hemingway, “donde el significado más profundo de una historia no debería ser evidente en la superficie, sino que debería brillar implícitamente”, casi nunca una foto esconde detrás, el ambiente idílico que promete.
“Todo existe para culminar en un libro”, decia Mallarmé. Hoy se puede actualizar esa frase como: Todo existe para ser fotografiado, para culminar en las redes sociales, desde la foto de un viaje, pasando por lo enternecedor de un sobrino o una mascota y finalizando en un surrealismo culinario de colores y matices que alimentan nuestros sentidos. Nos convertimos en cazadores de momentos que pasean por las calles de las probabilidades, que hacen lo imposible algunas veces ocultando, otras veces omitiendo, para crear tensión, para dotar al relato-foto de una atmósfera. Entonces, ¿la imagen atestigua o se vuelve mediadora entre el espectador y la realidad?
Las fotos son textos que se dejan leer, en ella aparecen quien mira y quienes son mirados. Este cruce, este ida y vuelta, es el que genera un testimonio. Las imágenes en forma de fotografías recrean la mirada de alguien, sobre alguien y para alguien. Entender la fotografía como una transformación de lo real, como un vehículo para expresar nuestra noción de mundo, nuestra mirada. La escritura como la fotografía son actos de reciclaje, de selección. Los arquetipos tradicionales de la literatura se actualizan en las narraciones de la fotografía. Son la búsqueda del momento y la palabra justa.

Gustavo Herrera
Diseñador y productor de contenidos audiovisuales. Pasó por la escuela de escritores del Centro Cultural Rojas, de la Universidad de Buenos Aires y hace más de diez años participa de talleres literarios coordinados por Juan Diego Encardona. Desde 2017 es socio fundador de SADE Filial Merlo.