
La acción cultural de Olivetti
La empresa italiana Olivetti funcionó en Merlo durante las décadas de 1960 y 70. Tuvo importantes acciones sociales hacia su personal, pero también hacia la comunidad.
Olivetti donó una Escuela primaria, que se llamó “Ing. Camilo y Adriano Olivetti Nº 38” y que se inauguró en 1966 con la presencia del Presidente Dr. Arturo Illia. Allí llevó adelante una sorprendente acción cultural, invitando a los más importantes referentes de la literatura, arte, etc. que brindaron conferencias a las que asistían alumnos, vecinos y personal de la fábrica.
El 7 de abril de 1967 Jorge Luis Borges pronunció una conferencia sobre Literatura Fantástica en la escuela; lo siguieron en meses siguientes personalidades como Sábato, Marechal y Mallea.
La empresa valorizó aún más estas conferencias editando los textos desgrabados en una serie bajo el sello “Ediciones Culturales Olivetti”. Al salir cada edición, se ubicaba a la salida de la planta a disposición del personal. Por esos años yo estudiaba en la Escuela Industrial ubicada dentro de la fábrica Olivetti. Era la ENET Nº 252 PF Ing. Camilo Olivetti.
Salíamos con el personal y nos abalanzábamos sobre estas publicaciones. Pero no teníamos la suerte de asistir a las Conferencias.
La presentación de Sábato
Ernesto Sábato, dio una conferencia bajo el nombre “Qué es el existencialismo”, el 5 de mayo de 1967.
Había iniciado su actividad literaria en la década del 40, después de abandonar la investigación científica para la que se había formado.
Para ese entonces Sábato ya había publicado dos novelas: “El Túnel” y “Sobre Héroes y Tumbas”, además de varios ensayos.
En la charla, Sábato comparó ambas novelas suyas en relación a las ideas existenciales y afirmó que en gran medida el existencialismo está vinculado a la literatura; y que si bien en ese momento tenía gran difusión y se lo asociaba con Sartre, en realidad las ideas venían desde casi un siglo antes.
Según él las ideas filosóficas, como todo, cuando llegan a París “terminan por tener algo de Christian Dior” y eso genera malentendidos. “Había buena gente que creía que el existencialismo significaba andar sucio, o con pelo largo, o ser barbudo”, observó.
Han transcurrido más de 50 años, pero se encuentra gente que estuvo presente en estas charlas. Norberto Gorassini y Mabel Bartolomé eran chicos entonces, y estudiaban en la Escuela Nº38. Se les permitía estar presentes, al fondo, y con discreción, ya que las charlas no eran para chicos tan chicos. Ellos las recuerdan, pero por la edad, les costaría aportar detalles; en cambio quienes tenían algunos años más, hoy nos cuentan su recuerdo.
Es el caso de Mario Ranero, por esos años estudiante secundario, quien nos cuenta: “Entonces era la competencia estaban los Borgianos y los Sabatinos; yo era Sabatino, y allí estaba con El Túnel abajo del brazo, para pedirle que lo firme…Borges era muchos más difícil de leer (…) la mayoría eran pibes jóvenes…me acerqué, pero finalmente no me firmó el libro”
Esta charla, como las demás, fue vivida como un acontecimiento, y así es recordada.
La máquina Olivetti de Sábato
Sábato recibió como obsequio una máquina de escribir Olivetti, que pasó a ser su máquina habitual; con ella escribió “Abaddon el exterminador”, su 3ª novela, y otros libros y escritos.
En una habitación de su casa de Santos Lugares está su escritorio, con la máquina Olivetti; la casa y su mobiliario fueron restaurados por su nieta la Arquitecta Luciana Sábato, y convertidos en un Museo, al cual se realizan visitas guiadas.
El propio Sábato, en una filmación cuenta, el origen de la máquina.
“La historia de la máquina es bastante cómica. Con esta trabajé durante 20 años o más. Una Olivetti, me la regaló la empresa cuando di una charla en la Escuela que tenían en Merlo. Le tengo mucho cariño. Es sólida, fuerte, de las de antes, además tengo memoria digital….”
Cuenta que estaba escribiendo “Antes del fin” y la editorial de Barcelona insistió mucho en enviarle una máquina con pantalla grande, para que no tenga esfuerzo en la vista. La probó, pero no se encontró cómodo, le resultó una complicación y la devolvió. Mandó a limpiar y acondicionar la vieja Olivetti, y con ella escribió su libro.
Luciana cuenta que tenía ceniceros, calendarios y otros elementos de la empresa, “Sábato amaba a Olivetti”, dijo.
Datos curiosos
Los originales corregidos de “Abaddon el exterminador” están guardados en una caja de papel Olivetti, y aparece casualmente el logo de la empresa cerca del nombre “Abaddon”, que fue expuesta en una muestra en la Biblioteca Nacional.
En el texto del libro “Abaddon el exterminador”, hay un párrafo que dice:
“Una advertencia. Iba a comenzar, ya había puesto un papel en la máquina, pero su mirada empezó a vagar por el cuarto sin objeto. Luego volvió a la máquina mecánicamente. OLIVETTI. Leyó. PRAXIS 48. Borio. Pensó con simpatía.”
Nota. Sobre el párrafo de Abaddon: Praxis 48 es el modelo de la máquina. Borio era el Director General de Olivetti Argentina. Hay ediciones en que esta referencia a Olivetti no aparece.

Claudio Salvador
Es miembro de SADE Merlo y autor de los librosHistoria de la Industria Curtidora Argentina, Villa Crespo y la Industria del Cuero, La Nueva Sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Una historia de fábricas y guetos en Parque de los Patricios e Historia de Olivetti en Merlo, Apunte preliminar.