
Sobre mi experiencia del otro lado del escritorio
Hace muchos años comencé a escribir, tenía diecisiete años cuando arranqué con artículos periodísticos en un periódico isleño que recién veía la luz. Allí, mechaba no solo mi disconformidad con la situación que atravesábamos muchos de los que vivíamos en el Delta, sino que también, de a poco, comencé a darme cuenta del poder que tienen las palabras. La palabra escrita es un arma o una caricia, todo depende del autor.
Más adelante, comencé con talleres literarios, que me fueron formando y acercando a otros escritores muy reconocidos de la región, hasta por fin formar parte de una de las filiales más viejas de la Sociedad Argentina de Escritores, SADE Delta.
Allí pasaron varios años, y pronto, me vi envuelta en antologías que surgían dentro de la filial y fuera, también en el exterior. Un día llegó el primer libro, ese hijo de papel tan preciado al que todos tememos, porque ahí dejamos mucho más que un dolor de parto; ahí dejamos nuestro corazón e intelecto al descubierto.
Siguen pasando los años, y por los avatares de la vida, hoy co-dirijo una editorial pequeña, pero que ya tiene casi una centena de libros publicados. Pero lo importante, no es lo publicado, lo importante es lo que sucedió ante ese cambio de rol, de escritor a editor.
Quizás, al no poder desprenderme de ese rol que eligió el destino para mí, decidí ser la editora-amiga. Convencida que la soberbia del escritor no te lleva a ningún lado, y la estrella ahora es el otro, convertí esa primera vez de muchos otros escritores, en algo ameno, algo que antes estaba lleno de miedos, en una experiencia maravillosa, divertida y súper creativa.
Publicar un libro, para muchos puede ser un gran problema. Es, como dije antes, dejar al descubierto tu propio ser. El poeta, deja todo en un libro de poesías. Sus miedos, sus pasiones, sus anhelos, todo queda plasmado en el papel. Ahí queda, todo al desnudo. Con el historiador y con el escritor de ficción pasa lo mismo. Todo su trabajo, toda su investigación, todo su esmero y veracidad está en juego. ¿Cómo el editor, esa persona a quién se le confió algo tan especial como una obra, no va a estar al tanto, del valor que tiene en sus manos?
De ahí, de esa confianza surge la magia. Porque un libro puede ser maravilloso, pero si no lo acompaña la portada, si la letra es muy chica, o muy grande, o si está mal diseñado para el público que fue escrito, no se vende, y si no se vende, no se lee, y si no se lee, es un fracaso.
Y así es como del otro lado del escritorio, deja de ser del otro lado del escritorio, y pasa a ser dos sillas juntas, delante de una pantalla, tratando de dar vida a algo tan maravilloso como lo es un libro, con su interlineado, tus letras capitales, sus números de página, su imagen de portada, arte por donde se lo mire.
Tuve la suerte de conocer a muchos escritores gracias a la editorial, detrás de cada uno, una historia distinta, una inspiración distinta, una forma de ser totalmente diferente.
El escritor, tiene el poder más grande del mundo, el poder de las letras es inigualable. La emoción de una primera publicación, es única. Estar ahí desde el minuto cero, aún cuando mucho todavía está escrito a mano, no tiene precio.
Quizás, siento que esto no lo podría vivir o ver, sin ser escritora yo también, no lo sé.
Lo que, si sé, es que no hay nada más lindo que agarrar un libro nuevo, olerlo, sentir el olor a tinta fresca. Solo lo supera algo, si es tu propio libro.

Valeria Dalla Torre
Nació en el Partido de Tigre en 1980. Escribe desde los 17 años. Dirigió un periódico isleño, y tres revistas culturales. Actualmente es diseñadora y editora en una pequeña editorial de la zona. Por tercera vez fue elegida por para presidir la SADE Delta Bonaerense. Se destaca por escribir cuentos cortos o microcuentos. Publicó varios libros de prosa, poesía y literatura infantil. Participó en más de 30 antologías de todo el mundo. Fue destacada con la Orden del Jugar de SADE Delta, Mención al Mérito del Círculo de Escritores de San Fernando, y destacada por Clarín Zonal como Vecina del año en 2014.